Otra vez a Ihabar, nos pilla relativamente cerca, nos resulta agradable para escalar tranquilos, el grado es asequible y obliga a “cacharrear” porque el equipamiento es escaso. Esta vía es de las tres primeras que se abrieron en este entorno y es bastante relajada en el grado pero con tres largos relativamente constantes.
Para acercarnos a las paredes lo mejor es salir por una pista hormigonada que sale por detrás del frontón de Ihabar. Si llevamos el vehículo tendremos que aparcar cerca de una granja que hay tras un kilómetro de pista aproximadamente. No hay muchos lugares para aparcar y habrá que tener cuidado para no cerrar el acceso a las fincas agrícolas. Lo mejor sería ir andando desde el pueblo. Cuando traspasemos la granja llegaremos a una intersección de sendas de la Sakana, donde nos encontraremos un poste con indicadores amarillos. Giramos a la izquierda y buscamos una entrada entre los arbustos que cierran un prado para subir recto a través de él. En la parte alta encontraremos un paso para sobrepasar la alambrada. Tras ella continuamos por una senda donde veremos un hito y más arriba una caseta de cazadores. Seguiremos el sendero de subida a Madalenaitz y lo abandonaremos hacia la izquierda cuando el boj empieza a ser más denso. Hay que “jabalinear” un poco hasta llegar a la base de la pared. Habrá que buscar a media pared los tres parabolts que aseguran el primer largo.
Largo 1 (IV): Nos dirigimos hacia el primer parabolt por terreno tumbado y afrontamos un tramo más compacto donde los parabolts nos permiten afrontarlo con tranquilidad y llegamos a la reunión por una placa fisurada fácil. Reunión en repisa cómoda con dos parabolts.
Largo 2 (IV): Subimos hacia el único parabolt del largo y luego seguimos en ascenso oblicuo hacia la derecha por un diedro tumbado hasta una encina lazada con un cordino. Enseguida llegamos a la reunión por terreno más sencillo.
Largo 3 (IV): Salimos con tendencia hacia la derecha para entrar en un canal que nos deja sobre una placa tumbada, seguimos por la derecha de un poco marcado espolón donde un par de cordinos marcan el camino. Reunión con un parabolt que se puede reforzar con un puente de roca cercano.
Para bajar recorreremos el cordal cimero hacia la derecha hasta que podamos bajar a la franja inferior por la que un sendero poco marcado nos llevará al punto de partida.
Vía para escalar relajados con el picante de tener que equipar algunos tramos limpios.Buen sabor de boca para principio de temporada.
