martes, 28 de febrero de 2023

Kanal haundi directa.

 





 

Tras las últimas nevadas que hubo en nuestra zona en enero, y gracias a que las temperaturas se han mantenido gélidas durante un par de semanas, nos planteamos subir a una de las cimas más emblemáticas del territorio, pero dándole un poco de picante. De este modo, decidimos subir Aizkorri pero por kanal haundi, confiando en que todavía esté en condiciones aceptables para poder subir sin demasiados problemas.

Nos ponemos el domingo en marcha a una hora no demasiado temprana para el tipo de actividad que vamos a realizar, pero como el día va a ser bastante frío, cubierto y la canal queda en cara norte, decidimos no apretarnos mucho para salir. A eso de las 8 de la mañana ponemos rumbo hacia Zegama, más concretamente hacia el caserío Buenavista, desde comenzará la ascensión.

Una vez comenzada la caminata, no hay respiro. Empezamos por pista con algo de pendiente hacia arriba, para ir calentando las piernas. Enseguida debemos dejar la pista y comenzar a subir la pendiente que presenta el terreno de manera más directa.


Ilustración 1. Comenzando a caminar desde el caserío Buenavista

Gracias a una huella que posiblemente llevaba desde la semana anterior pudimos identificar fácilmente el camino de subida hasta el comienzo del corredor. Remarcar que estuvimos entre 30 y 45 minutos calentando ya de manera intensa las piernas en esta parte. Todo depende del ritmo, pero la verdad es que no hay descanso en la subida.

Tras esa primera toma de contacto, llegamos a la base del corredor, fácilmente identificable por la gran piedra que tiene una cruz y un pequeño buzón. En este punto es donde tomamos algo de té caliente, nos preparamos las capas de ropa para la parte más exigente y nos ponemos los crampones dispuestos a afrontar la subida.


Ilustración 2. Cruz que marca el comienzo del corredor, que puede observarse al fondo

El primer tramo tiene una pendiente relativamente asequible para lo que suele ser este tipo de terreno, y vemos que la huella más abundante está situada a la derecha del corredor según subes. Seguimos la huella principal mientras vamos ganando altura. Este terreno es más bien cómodo y el ritmo de ascensión dependerá más de nuestros pulmones y piernas que de nuestra capacidad técnica.


Ilustración 3. Primera parte del corredor, que realizamos por la parte derecha

Como se puede observar en las fotografías, la visibilidad no era excesivamente buena, así que continuamos siguiente la huella dominante para realizar la subida. Una vez alcanzado el final de esta primera parte, aparece una gran bifurcación que nosotros cogimos a la derecha, para intentar hacer la salida directa a la cruz, esperando encontrarnos con los dos resaltes. Remarcar también que la huella continuaba claramente por la dirección que cogemos.


Ilustración 4. Accediendo a los dos resaltes de la última parte del corredor. Cómo se puede ver, la visibilidad no fue muy buena aquel día

La pendiente, según vamos avanzando y tras dejar atrás la bifurcación, va aumentando, haciendo cada vez nuestro avance más lento. Sin embargo, los metros de altitud van quedando atrás rápidamente y para cuando nos damos cuenta nos quedan menos de 200m de desnivel que salvar. Llegamos al primer resalte.

Este primer resalte aparece en un estrechamiento entre dos piedras que hacen que se almacene nieve suficiente para generar dicho resalte. La pendiente, además, en su parte inferior coge todavía más grado por lo que puede ser un paso delicado. Sin embargo, las condiciones de la nieve en estas cotas de altitud son todavía mejores de lo que habíamos podido encontrar en la zona inferior del corredor, por lo que podemos superar el resalte sin mayor dificultad. Eso sí, el uso de dos piolets lo daríamos como muy recomendable, casi obligatorio para evitar sustos innecesarios.

Tras este primer resalte, otra pequeña travesía con una inclinación de 50 grados aproximadamente hasta que llevamos a una bifurcación que nos presentaba una decisión a tomar. Hacia la izquierda, un terreno más vertical donde la roca se veía más expuesta y la cantidad de nieve acumulada era inferior. A la derecha, parecía que la senda rodeaba ese terreno más vertical, pero debido a la intensa niebla no veíamos más allá del primer rodeo. La huella estaba más presente en la zona izquierda, así que decidimos inclinarnos por esta opción.

En este momento es donde la canal coge su verdadera forma y vemos cómo nos exige cierta habilidad con los piolets y los crampones para no pasar apuros. Tras superar esa primera zona con menos nieve acumulada, lo que la hizo la zona más delicada de la ascensión en mi opinión, la ruta continuaba por otros dos estrechamientos entre grandes rocas, con mejor nieve para ascender de manera segura (De esta zona no hay fotos porque estaba pendiente de ascender de manera segura y, además, no apetecía mucho sacar la mano del guante con el frío que hacía).

El ambiente en ese tramo fue espectacular, con vientos fuertes haciendo caer trocitos de nieve desde la zona superior del corredor. Sin embargo, las condiciones de la nieve permitían ascender de manera cómoda siempre que las extremidades respondiesen, así que continuamos sabiendo que, tras acabar esa zona, estaríamos en la cumbre. Dicho y hecho, en algo menos de 30 minutos desde que nos decidimos por tomar el camino vertical a la izquierda, estábamos en la cruz del Aizkorri disfrutando de la satisfacción del trabajo bien hecho.


Ilustración 5. Al fin, la cruz de Aizkorri.

Tras las fotos de rigor, decidimos descender cuanto antes para salir de la zona expuesta al viento, que estaba siendo bastante desagradable. Para finalizar, bajamos por la bajada clásica hacia la boca oeste del túnel de San Adrián, continuando por su interior para seguir descendiendo hacia el aparcamiento donde habíamos dejado el coche, siguiendo las evidentes marcas del camino. En total, nos costó 4h y 30 minutos aproximadamente en realizar todo el recorrido.



Ilustración 6. Boca oeste del túnel de San Adrián al fondo

Como conclusión, me gustaría expresar que se trata de una ascensión muy recomendable, pero con dos condicionantes claros. El más importante, que hace falta práctica con las herramientas para no vernos en un problema de dimensiones considerables. Por otro lado, las condiciones meteorológicas necesarias para que este corredor esté en buen estado no suelen durar mucho, por lo que es necesario estar atento a dichas condiciones.

Roca Regina /Pere camins 7a+/Ae (V+/6a obligado) y Collegats: Vía "El último buril" (300m, V+)

Aunque la vía esta bien equipada,forzar los pasos de Ao son muy difícil de liberar,a esto que decir que nos dejamos los estribos en el coche...