RIGLOS (MALLO CORED) Vía Oeste clásica (V+, 140 m).

 

 

Habíamos estado escalando en Panticosa y al día siguiente tocaba volver a casa. Como anunciaban empeoramiento del tiempo decidimos ir a Riglos para pasar la noche, escalar algo corto al día siguiente y volver a casa. Optamos por la vía Oeste clásica al mallo Cored, una vía corta para Riglos pero una de las clásicas imprescindible de los mallos pequeños.

 

La aproximación la podemos hacer desde el cementerio o desde el mismo pueblo. Seguiremos una pista que pasa por debajo de los mallos pequeños y buscaremos un sendero que surge entre los romeros a nuestra izquierda marcado con un hito. Vamos subiendo y llegamos a una bifurcación con un cartel que indica la Aguja Roja a la derecha y el Mallo Cored a la izquierda. Nos dirigimos hacia la cara oeste buscando la vía más evidente que marca un diedro chimenea. La vía se puede hacer en 5 largos o menos si empalmamos algunos de ellos, nosotros la hicimos en 3 largos.

 

Largo 1 (V+): Es el largo de mayor dificultad con un paso  desplomado de V+  en una panza riglera hacia los 10 metros. Después ya entramos en la escalada de diedro aflojando algo la dificultad hasta la reunión.

Largo 2 (V): Comenzaremos esta tirada por una zona con vegetación que nos va acercando a una fabulosa chimenea que escalaremos en X. Saliendo de la chimenea hacia la derecha encontraremos la reunión en una gran repisa.

Largo 3 (IV+): Aquí hay que evitar la salida directa y dirigirnos en travesía a la derecha para luego subir recto por terreno cada vez más fácil pero algo descompuesto.  Iremos encontrando algún puente de roca con cable de acero hasta la reunión final.

 

Para bajar hay que sobrepasar la cima hacia el norte y buscar una sabina con cable de acero. Con doble cuerda de 60 metros podemos bajar en un solo rápel, si vamos en simple hay una reunión intermedia. Nosotros bajamos por un camino un poco cerrado hasta coincidir con el sendero de la aguja Roja.

 

La vía Oeste clásica fue abierta por P. Díaz, A. Lacasta, P. Molina y R. Montaner en el año 1955. Actualmente está reequipada con parabolts con algo de aire en algunos tramos y argollas en las reuniones. Muy recomendable para iniciarse en esas panzas ringleras y con una fantástica chimenea que nos hará disfrutar con la escalada en oposición.