Volvimos a entrar por una de las vías nuevas de deportiva que hay
en la parte baja de la cara sur de Urrestei. Esta vez entramos por MORA MORA(5c) y salimos a la cresta .
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Para completar la información tendréis que ver la otra entrada de la arista de Urrestei publicada hace poco en este blog.
Largo 1 (5c):Largo de 35 metros con mucho canto que necesitareis 11 seguros.Una vez llegados a la reunión salir por la izquierda rectos en busca de la arista.
Largo 2 (III): Tramo casi andando hasta la pared que cierra la cresta. Se puede subir por varios sitios pero si nos acercamos al filo de la arista será más aéreo. Tiramos a tope de cuerda (80 metros) y montamos reunión en un árbol.
Largo 3 (III): Más de lo mismo hasta la base del resalte más duro de la arista donde montamos reunión en puentes de roca.
Largo 4 (IV/V): Esta vez hemos pasado el resalte por la izquierda. Se trepa por el borde de la arista y pasamos a la izquierda del resalte donde encontraremos varios clavos oxidados. Nos metemos en la corta chimenea que tenemos enfrente con muy buenos cazos a la derecha. Mejor no introducirse en el interior porque está la roca muy rota. Una vez superada la chimenea, seguir por terreno más fácil hasta llegar a la cima del resalte.
Si optamos por atacar el resalte de frente la dificultad aumenta. Deberíamos afrontar una fisura vertical hasta una rampa que corta el resalte en dos. De nuevo otra fisura recia con un parabolt algo alto que nos deja cerca de la cima del resalte. En definitiva, un apriete atxartiano para poner la guinda a una vía fácil.
Un tramo aéreo de cresta horizontal nos deja en la faja final antes del rápel. Atravesar la faja andando hasta la instalación del rápel.
El primer descenso es algo volado y nos deja en un segundo montaje para poder rapelar la canal abierta y herbosa que nos dejaría en La Gran Diagonal de Untzillaitz, aunque también se puede destrepar con cuidado.
La arista de Urrestei, a pesar de su baja dificultad, es una de las imprescindibles de Atxarte. Nos permite intuir las sensaciones que tendrían Sopeña y Apraiz en 1936 cuando caminaban por terreno desconocido con material de su época.
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