Haciendo caso a la previsión del tiempo que nos decía que a partir de la once de la mañana la temperatura subiría a 4ºC, a esa hora, nos encontrábamos preparados para comenzar la escalada. Para nuestra sorpresa, disfrutamos de un solazo durante toda la subida que casi nos hizo escalar en manga corta.
La vía está situada en orientación Este, y esto hace que este soleada por la mañana.
Como Silvia y yo (June), estamos empezando con la escalada de largos y además nos estrenábamos por la zona de Riglos, Javi y María eligieron para nuestro estreno, “La vía más fácil de Agüero”.
Es una vía fácil de iniciación perfectamente equipada por Sendero Limite. La adherencia de la roca conglomerada es muy buena y, además, en todo momento se encuentran zonas de agarre para las manos. Las tres primeras reuniones se encuentran equipadas con dos parabolt y dos aros. Para la cuarta reunión nos encontraremos con un coordino atado a una Sabina. Son necesarias 12 cintas exprés y material para la reunión.
Para acceder a la vía, justo en la entrada de Agüero, hay una pequeña explanada la cual se utiliza como aparcamiento para poder dejar unos cuantos coches.
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Justo en frente podemos encontrar una señal que nos indica el camino que tenemos que tomar para acercarnos a la vía. Tomar el camino que da la vuelta a los Mallos de Agüero.
Caminar por el sendero durante aproximadamente veinte minutos hasta encontrar un hito que nos indicara el momento de girar a la izquierda para poder llegar al pie de vía.
Nota: Si os pasáis el hito, como nos pasó a nosotros, no es un problema ya que es posible acceder a la vía por cualquier punto a lo largo del sendero, eso sí, posiblemente con algún que otro arañazo más. El nombre de la vía esta esta indicado con una cinta amarilla atada a un arbusto.
L1 (30m- 9 seguros- 4a): Se arranca por una grada fácil con seguros muy cercanos. Antes de la reunión, nos encontramos con un pequeño resalte bien protegido. La reunión se encuentra justo después de pasar el árbol.
L2 (35m- 11 seguros- 4b): Travesía vertical hacia la derecha seguido de un tramo vertical también perfectamente equipado. Durante el largo, es posible encontrar un par de cordinos, uno en una Sabina y otro en un puente de roca. La reunión nos la encontramos de frente en una pequeña pared, zona muy cómoda.
L3 (30m- 7 seguros- 3c): salida hacia la izquierda y enseguida por arriba, se encuentra el primer paravolt. Largo mas tendido y recto hasta la tercera reunión.
L4 (25m- 5 seguros- 3b): Unos quince metros de placa tumbada terminando en otros quince metros que pueden hacerse andando cómodamente. En la Sabina que esta justo en la cima se encuentra un hito que indica la cuarta reunión.
Una vez nos juntamos los cuatro, nos sacamos la foto de equipo y disfrutamos de las espectaculares vistas que nos regala la zona, nos disponemos a descender.
Volvimos a entrar por una de las vías nuevas de deportiva que hay
en la parte baja de la cara sur de Urrestei. Esta vez entramos por MORA MORA(5c) y salimos a la cresta .
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Para completar la información tendréis que ver la otra
entrada de la arista de Urrestei publicada hace poco en este blog.
Largo 1 (5c):Largo de 35 metros con mucho canto que necesitareis 11 seguros.Una vez llegados a la reunión salir por la izquierda rectos en busca de la arista.
Largo 2 (III): Tramo casi andando hasta la pared que cierra
la cresta. Se puede subir por varios sitios pero si nos acercamos al filo de la
arista será más aéreo. Tiramos a tope de cuerda (80 metros) y montamos reunión
en un árbol.
Largo 3 (III): Más de lo mismo hasta la base del resalte más
duro de la arista donde montamos reunión en puentes de roca.
Largo 4 (IV/V): Esta vez hemos pasado el resalte por la
izquierda. Se trepa por el borde de la arista y pasamos a la izquierda del
resalte donde encontraremos varios clavos oxidados. Nos metemos en la corta
chimenea que tenemos enfrente con muy buenos cazos a la derecha. Mejor no
introducirse en el interior porque está la roca muy rota. Una vez superada la
chimenea, seguir por terreno más fácil hasta llegar a la cima del resalte.
Si optamos por atacar el resalte de frente la dificultad
aumenta. Deberíamos afrontar una fisura vertical hasta una rampa que corta el
resalte en dos. De nuevo otra fisura recia con un parabolt algo alto que nos
deja cerca de la cima del resalte. En definitiva, un apriete atxartiano para
poner la guinda a una vía fácil.
Un tramo aéreo de cresta horizontal nos deja en la faja
final antes del rápel. Atravesar la faja andando hasta la instalación del
rápel.
El primer descenso es algo volado y nos deja en un segundo
montaje para poder rapelar la canal abierta y herbosa que nos dejaría en La Gran
Diagonal de Untzillaitz, aunque también se puede destrepar con cuidado.
La arista de Urrestei, a pesar de su baja dificultad, es una
de las imprescindibles de Atxarte. Nos permite intuir las sensaciones que
tendrían Sopeña y Apraiz en 1936 cuando caminaban por terreno desconocido con
material de su época.
Vía directa americana, 1.000 m. 6c, A0, el 29/30-08-1.983.
El
carácter de la escalada, es mayoritariamente de fisuras y diedros, con
algún paso de placa, en un granito que en el momento en que la
escalamos, era de una gran calidad, aunque años más tarde, se cayó un
gran tramo de la pared, cambiando el carácter de la vía, siendo ahora
necesario, salir a la izquierda, hacia la cara norte. A pesar de la
verticalidad de la pared, hay repisas que nos van permitiendo descansos
entre los pasos, y cómodas reuniones.
Creo que somos muchos, los
que hemos crecido como escaladores con el sueño de ascender algún día,
al Petit Drù, aunque según nuestro nivel o capacidad en la escalada,
siempre encontraremos montañas con las que soñaremos, o desearemos
escalar. Hay sin embargo, alpinistas muy subidos, que dicen que ya no
hay aventura en la tierra, como si la aventura, naciera tan solo en las
piedras o la nieve. Los que nos hemos criado en el campo, sabemos que
hay una aventura en un río, en un bosque, o en cualquier montaña que
nos ilusione. La aventura nace en tu mente, con tu imaginación, y se
vive con el corazón.
A pesar de los grandes escaladores que
había, en esa época, en parte centrados en las paredes del Himalaya,
fue necesario que vinieran G. Hemming, y R. Robbins, con su experiencia
en las grandes paredes de Yosemite, para acometer con éxito, la audacia
de una directa, desde el punto más bajo de la pared, a la cima, mientras
otros escaladores alpinos de gran nivel, no lo habían conseguido.
Aunque…no se puede menospreciar, la odisea de Walter Bonati, abriendo en
5 días en solitario el Pilar oeste, que tenía una relevancia semejante,
salvo en el desnivel de la escalada, con 400m. de desventaja en
escalada de dificultad, ya sea, por hacer la aproximación rapelando, o
trepando por la canal de Flammes de Pierre, quedando la escalada en 600
m.
Material: por el compromiso de la pared, doble cuerda, de 45
m. mínimos, 20 expreses, cintas, juego de friends y fisureros, de los
que en la escalada, colocamos poco, o nada, pues en el momento de
realizarla, estaba sobre equipada y estribos para el segundo de cordada,
que llevando,-imagino,- la mochila más pesada, agradecerá algún punto
de reposo. Piolet y crampones para el descenso por la Charpoua
Aunque
Miguel Ángel Gallego, la llegó a hacer en el día, minimizando el peso, y
probando para Boreal, un prototipo de los pies de gato que pronto se
convertirían en los maravillosos Fire, hay que contar con un posible
vivac, aunque ya se sabe, que al final el peso condiciona y obliga.
Nosotros, si hubiéramos sabido, que al final nos tocaría rapelar por las
peligrosas Flammes, habríamos ido más ligeros, y con lo fuertes que
íbamos, estoy convencido de que la habríamos realizado en el día, aunque
igualmente no basta con llegar a la cima, y descender rapelando, una
pared de 1.000m. lleva su tiempo, y esfuerzo.
Aproximación:
cogemos el tren de Montenvers, descendemos al glaciar, lo atravesamos,
remontamos la grada inferior, y cerca de la pared, en la pedriza,
montamos el vivac, en un buen resguardo bajo un bloque. La otra
posibilidad es subir a la espalda, por el glaciar de la Charpoua, y
rapelar por Les Flammes des Pierres hasta la base, pero ojo, con el
peligro por las caídas de piedras.
Escalada: el inicio de la vía,
es lo menos bonito, aunque también hay que trabajárselo con algunas
travesías, fisuras y chimeneas, para superar el zócalo, cuya dificultad
es de 5/5c, sobre el que se alza, el diedro. En su momento, este bello y
espectacular diedro de 90 metros, es el que dio la dificultad a la vía,
dado que además de la dificultad mantenida de sus pasos de 6 a/ 6b,
tenía la dificultad añadida en su longitud. El primero cuerda, deberá
pensar el su cargado compañero, y dejar algo de material, para un
eventual reposo, pues el diedro, apenas lo ofrece.
Luego
iremos encontrando largos, en los que se mantiene la dificultad, con
muchos pasajes de fisura o desplome, en 6 a/6b, hasta que con tendencia a
la derecha, iremos a buscar el vivac, del bloc coincé.
Espaciosa repisa, donde coincidimos con un par de cordadas más.
Muchos
se bajan desde aquí, cuando aún queda media pared por delante. Jan; ha
subido casi todo de primero hasta aquí, porque está como un toro, a base
de subir mochilas durante el verano, (sus 2.000kg de peso), para
avituallar el refugio de Certascan que regenta, por lo que yo, más flojo
de fuerzas, le cargo con la mochila, y haré el resto de la vía de
primero. Nuevamente, otro diedro de 90 metros, aunque más difícil. Que
el anterior, para la nueva mentalidad en la escalada, apurando al máximo
el libre. Aquí, le daban A1, y A2. Salvo unos pocos pasos en A0,
consigo realizar casi todo en libre, por lo que creo que me salen pasos
entre 6 a/6c. Cuando parece que la cosa se pone ya muy chunga, se sale
hacia la derecha, por una laja, en terreno más fácil IV. Este, era el
punto último de retorno, por lo que había una vieja cuerda fija, que se
puede flanquear hacia la derecha, perfectamente en libre de 6 a, y que
nos lleva a la repisa de los alemanes, escalamos por la derecha un muro
vertical 6ª, ascendemos por unas fisuras paralelas muy estéticas, pero
fáciles 5.luego seguimos el recorrido lógico, y muy variado, entre
estéticas fisuras y desplomes 5c, hasta alcanzar el nicho de la norte.
En adelante, de nuevo subimos por estéticas fisuras con un par de pasos
duros, porque ya no te los esperas de 6 a, y por error, y la niebla, nos
desviamos demasiado a la derecha, llegando al vivac Bonati. Nos queda
un largo a la cima, pero creo que desconocíamos el pasaje por el túnel, y
como se pone a llover, ante la poco visibilidad, optamos por lo no
recomendable, pero que sabemos donde nos lleva, que es rapelar hacia Les
Flammes de Pierre. La bajada, será toda una odisea, que nos pone a
prueba. Iniciamos los rápeles, a las 12 del mediodía, y llegamos a la
base, a las 24 horas, con las manos destrozadas, porque el descenso por
la canal, se ha convertido en un descenso de barranco, en el que el agua
arrastra piedrillas de granito.
Nuevamente la suerte de vivac, en la cuevilla bajo el bloque, nos permite pasar la noche en condiciones.
Al
día siguiente, descenso a chamonix, y regreso a casa, pues como tenemos
las manos, no da para pensar, (al menos en unos días), en otra
escalada.